AÑORANZAS: MEDOZA DE ANTAÑO
![AÑORANZAS: MEDOZA DE ANTAÑO](https://soldadoamazonense.blogia.com/upload/20081030200457-dibujo.jpg)
“Todo tiempo pasado fue mejor” dirían nuestros padres y abuelos, y no dejan de tener razón.
Si hacemos un paralelo entre la Mendoza de hoy y la de hace quince, veinte, treinta o más años a tras, definitivamente nos encontraremos con que nuestra provincia a crecido demográficamente, en el plano urbanístico y en lo que ha desarrollo tecnológico se refiere. Hace algunos años no nos imaginábamos siquiera que tendríamos teléfonos en nuestras casas, o que contaríamos con servicio de televisión por cable, y mucho menos que un hijo de Huambo, Chaupimonte, Mendoza o Callejón, con sólo teclear unos números se comunicaría con el amigo o hermano añorado residente en Lima o España, a través de su teléfono celular.
Se imagina usted amigo lector este dialogó, en el que un huayacho se dirige a su chacra y estando “jalando” su planta de yuca o “bordoniando” y suene su celular anunciando una llamada entrante del hermano que esta en Madrid - España, más o menos el dialogo sonaría así:
- Alo, “Au” hermanito “queps” estas haciendo, como anda el tiempo en Madrid….yo acá sacando “comida” (yuca), a malaya que no “hayaste” “estao” acá para que me “ayudaste” a armar y “buchir” (cargar) el “quipe” (equipaje)
Y es que definitivamente la tecnología es buena, es una herramienta que nos facilita la vida eso es indiscutible, o es que acaso no es más fácil desplazarnos actualmente a Santa Rosa, Huambo, Omia o a cualquier parte de la provincia. Recuerdo que años atrás teníamos que caminar el trayecto, ahora hasta para comprar pan en la otra esquina se hace uso de un vehículo. Pero también es cierto que a la par con facilitarnos las cosas, la tecnología también nos está quitando algunas, y a mi parecer es más lo que perdemos a lo que ganamos, y digo esto por que los huayachos ya no caminan para ir de un lugar a otro y sin darse cuenta están reduciendo su tiempo de vida por la falta de ejercicio, los estudiantes hacen uso del Internet para “copiar” su trabajo, y digo copiar porque el integro o casi el integro de los trabajos propuestos por los profesores le encuentran en esta avalancha de informaciones (Internet), y esta facilidad no les permite razonar y cada vez más tienden a volverse autómatas sin posibilidad de potenciar su razocinio.
Y en cuanto puedo me retraigo y vuelco mis pensamientos a aquellos años en que ir a nadar en el río y jugarnos un partido de fulbito era la diversión del momento, no habían celulares pero si sabíamos “foguear” o silbar para llamar al amigo, no habían combis, automóviles o mototaxis pero si teníamos nuestro buen “llanque” BF Goodrich que nos llevaba a cualquier lado que queríamos, no teníamos Internet pero la leche fresquita que arrimando al “besheco” sacábamos de nuestra vaca, potenciaban nuestro cerebro y hacían fluir las ideas para resolver los problemas más complejos dejados por nuestros maestros; no habían los carros a control remoto pero si teníamos nuestro “aro” que no era otra cosa que una rueda de alambre de 30 cm. de diámetro más o menos, empujado por otro alambre proporcional al largo del brazo y al cual se le doblaba cuidadosamente uno de los extremos a fin de servir de sujetador y palanca de empuje del aro, y muchos de nosotros lo poníamos un retazo de caucho simulando ser el “tapabarro” e inclusive pintábamos alguna frase, imitando aquellas que veíamos en los camiones que de vez en cuando llegaban a la provincia, y salíamos por las calles “manejando” nuestro aro y sin darnos cuenta estábamos ejercitando nuestros músculos.
No hace mucho tiempo a tras, el “canchón municipal” de Mendoza servía para depositar a los transportes que infringían las normas de tránsito vigentes en esos momento, y especialmente los domingos paraba lleno; lo particular de esto era que los medios de transporte utilizados por los huayachos no eran más que caballos, mulas y uno que otro borrico; y era emocionantemente tradicional ver los domingos a un sinnúmero de estos animales amarrados en ciertos lugares dispuestos, mientras sus dueños vendían o se abastecían de productos en el mercado municipal de Mendoza. Hoy esos animales han sido reemplazados por los automóviles, combis, motos y mototaxis que si por un lado es bueno por el otro no hacen más que contaminar el medio ambiente mendocino; y si antes se respiraba un aire puro y se disfrutaba de un cielo azul, hoy el aire se ha viciado con smok, anhídrido carbónico, polvo y demás sustancias nocivas, y el cielo azul de ayer hoy se torna gris.
Como no añorar aquellos años si representaba el legado que pensábamos dejar a nuestros hijos y nietos, queríamos ver corretear a nuestros nietos por aquellos campos verdes y floridos que hoy se ven secos o fue arrasado por un “tractor” o el hombre para convertirse en una casa; queríamos verlos bañar en las quebradas y chorreras o en los ríos que hoy agonizan lentamente o se han convertido en el vertedero de nuestros propios excrementos.
No es mi intención criticar el “desarrollo” y “crecimiento” que hoy por contar con televisión por cable, celular e Internet se cree vivir en la provincia; no pretendo con esto causar un efecto de rechazo hacia estos instrumentos que certifican el adelanto tecnológico en el valle, sino más bien busco concienciar a mis paisanos e invoco a la razón en el sentido que tomemos conciencia de que el desarrollo de los pueblos, el progreso de la sociedad debe ir de la mano con el respeto al medio ambiente; eso se llama desarrollo sostenible. Debemos considerar que este mundo no nos pertenece, este mundo es de los que ya se fueron, de los que ahora estamos, y de los que vendrán después de que nosotros nos vayamos.
1 comentario
HOMERO RODRIGUEZ -