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Soldado Amazonense, Aguerrido Combatiente

LA LIMENIZACIÓN DEL HUAYACHO

LA LIMENIZACIÓN DEL HUAYACHO

Vista de la entrada del Colegio "T.R.M" adornado por una linda huayachita

A quién no le ha pasado por la cabeza cuando aún era un mozalbete o una damisela, y cuando estando a puertas de acabar el colegio, llamar a aquel familiar que se encontraba en Lima, Chiclayo o Trujillo, para que nos haga “un campito” en su casa o su cuarto y poder llegar a postular a la Policía (algunos), a la Escuela Militar de Chorrillos  (otros), o a la universidad o Instituto Superior a seguir alguna carrera que nos haga profesionales y nos permita ganar un sueldo, que aunque no mucho pero que nos permita vivir (o mejor sobrevivir) en estas ciudades inclementes.

 

Bueno si no es su realidad pues si es la mía y de muchos de nuestros paisanos (de eso estoy seguro); llegamos a Lima, nos “arrimamos” a algún familiar (o incluso amigos de la familia), empezamos a trabajar, estudiar y a costo de esfuerzo sobrehumano nos hacemos profesionales, incluso a veces, logramos puestos de trabajo decentes y escalamos en el escalón jerárquico de las entidades públicas y privadas, hasta lograr ser alguien “importante”.

 

Luego asistimos al Club Social Rodríguez de Mendoza en Lima (en San Borja) y nos sentimos huayachos otra vez (por que hasta el “dejo” de hablar “cantando” que frente a nuestros colegas limeños desaparece o pretendemos desaparecer, como por arte de magia en estas reuniones “paisanisticas”  retorna); o en todo caso está la “Isla del Paraíso”, el club de Huambo en Trapiche, o el de Mariscal Benavides en San Diego, y en estos lugares también nos sentimos huayachos otra vez; o mejor aún esperamos ansiosos la llegada del mes de setiembre para viajar a nuestro querido terruño y disfrutar el poco dinero ahorrado con ocasión de las Fiestas Patronales en honor al “patroncito” San Nicolás.   

 

Una vez en la tierra, mientras bailamos una alegre “verbena” o el singular “albazo” al compás de la banda “los melódicos de Huambo”, decimos sentirnos más huayachos que nunca, pero en el fondo, quizá pretendiendo ganarnos algunos puntos con nuestras bellas paisanas nos sentimos limeños y tratamos de imitar la forma de hablar del costeño ¿o no?.

 

Podemos decir una y mil veces que somos huayachos y que nunca dejaremos de serlo, podemos alegar muchas veces (como yo lo hago) de los hermosos paisajes de nuestro valle, de sus hermosas mujeres, de su calida gente, de su exquisito “locro”, cecina, cuchicara, dulce de guayaba, frejol o manjar blanco, de los confites, tortillas y muchas delicias más. Pero tras estas afirmaciones que si bien son ciertas no hay más que mentiras, y digo esto por que no me explico cómo podemos decir sentirnos orgullosos de nuestra tierra si no hacemos nada por ella, cómo podemos renegar una y otra vez de la ineficacia de sus autoridades si nosotros no hacemos algo para apoyar en su progreso.

 

Queridos paisanos déjenme decirles que ser huayacho no es ir a un club o local y pedir un juane o locro, no es asistir a una fiesta con banda, tomar una copa de aguardiente y embriagarnos bailando aquellas piezas que nos recuerdan a la “humisha”; no es encontrarnos con un paisano y ponernos a hablar de aquellos tiempos cuando solíamos bañarnos en una “chorrera” o nadábamos en el río o cualquier “empozao” que dejaban las crecientes. Ser huayacho es sentirlo así, es aportar positivamente para que nuestro valle salga del estancamiento en el cual se encuentra, es apoyar hombro a hombro para que las buenas ideas se cristalicen; es empezar a pensar como huayacho y a imaginarnos el legado que queremos dejarle a nuestros hijos.

 

Si queremos que nuestros hijos correteen en medio del polvo debido a la depredación de nuestros montes, si queremos que nuestros hijos visiten las ruinas de lo que un día fue un pueblo llamado Mendoza; si queremos que nuestros hijos crezcan en medio del maldito humo de la marihuana o la coca, entonces no hagamos nada, dejemos las cosas como están.

 

Sería bueno preguntarnos cuantos ingenieros, arquitectos, tecnólogos, abogados, economistas, contadores, biólogos, médicos, entre otros profesionales hay entre nuestros paisanos y qué pasaría si dejando de lado nuestros intereses individuales egoísta tratáramos de organizarnos y  comenzáramos a bosquejar proyectos de desarrollo para nuestra provincia y a trabajar para buscar su financiamiento, creo que las cosas cambiarían y quizá algún día nos reunamos para comernos un juane, un locrito o tomar un aguardiente celebrando la unión y el progreso de nuestro valle.

 

Para terminar, sabe usted que los gobiernos regionales y las municipalidades provinciales y distritales cuentan con una partida exclusiva para financiar los mejores proyectos sociales, lo que se llama el “Presupuesto Participativo”; y sabe cuantos proyectos presentó la municipalidad provincial de Mendoza o alguna otra organización social del valle ante el gobierno regional de Amazonas para que evalué su viabilidad y concretización para el año 2008 y para el presente año; pues si fue una o dos es mucho. Sería bueno que visite el portal web del Gobierno Regional de Amazonas (http://www.regionamazonas.gob.pe), o mejor aún al del Banco de Proyectos del Estado (http://ofi.mef.gob.pe/WebPortal/ConsultaBancoProy.aspx) y se convenza usted mismo (fíjese bien quien es la entidad que  formula el proyecto, en su mayoría es el gobierno regional).

 

Si contáramos con un “huayachimetro”, cuyos puntuación estaría basado en el aporte que hace uno por la provincia, ¿en qué lugar cree usted que se ubicaría?. Quizá acaba de darse cuenta que su limenización terminó por avasallar el huayacho que existía en usted, y que sus hijos perderán la oportunidad de conocer algún día aquel hermoso paraje, donde Dios descansó al séptimo día, luego de pasarse seis días construyendo el universo.

2 comentarios

homero rodriguez -

ESO QUE PROPONES SERIA FABULOSO.NO ES QUE SEA PESIMISTA SINO REALISTA PERO ESO ES UNA UTOPIA Y OJALA NO ME ESTE EQUIVOCANDO PERO PARTAMOS POR NUESTRAS FAMILIAS ESTAN TAN SOFISTICADAS QUE AHORA DESPUEZ DE PISAR EL MISMO BARRO Y COMER EL MISMO LOCRITO Y MOJARNOS CON LOS MISMOS AGUACEROS AHORA DICEN YO NO ME HABLO CON MIS PARIENTES PBRES NI LES INVITA A TAL OCUAL REUNION PORQUE NO SON DE MI MISMA CLACE SOCIAL,CON MENTES ASI CREO QUE POCO O NADA PODEMOS HACER CADA VEZ MAS ENSEÑAN A SUS HIJOS LA HIPOCRECIA,EL EGOISMO Y LA FALTA DE ESA ESENCIA QUE TODOS DEBEMOS TENER QUE SON LA SENCILLES Y HUMILDAD ESTO PUEDE PARA ALGUNOS SONAR A EXAGERACION PERO ES LA TRISTE REALIDAD DE MUCHAS PERSONAS POBRES DE ESPIRITU Y QUIZAS RICAS EN COSAS MATERIALES QUE A LA LARGA LO UNICO QUE HACEN ES COMPLICARNOS LA VIDA
ESPERO QUE ESTA REFLEXION TAN CRUDA NOS AYUDE A SER MEJORES SERES HUMMANOS MAS SOLIDARIOS Y PODER COMPARTIR LO MUCHO O POCO QUE TENGAMOS A FAVOR DE NUESTRA HERMOSA TIERRA

Alonso -

Sería bueno que ahagas un Huayachímetro, algo asi como el Cholimetro.